El ciclo continuo establecido entre bosque corchero e industria de corcho sustenta la transición hacia un cambio de paradigma de negocio orientado a la consecución de sistemas de producción y consumo más eficientes
La Economía Circular se muestra como una alternativa al tradicional modelo lineal de producción y consumo, con el valor añadido de ser capaz de resolver gran parte de los retos medioambientales presentes en la actualidad, canalizar nuevas oportunidades de negocio e impulsar el crecimiento económico. La innovación se erige como el elemento fundamental para conseguir la transición hacia una Economía Circular que mitigue el impacto medioambiental y los daños irreversibles en el clima y la biodiversidad, y reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero.
Entre las industrias que trabajan siguiendo estas pautas de comportamiento medioambiental, el sector corchero ha demostrado la sostenibilidad en todos sus procesos de producción y su firme apuesta por la I+D en los últimos años, posicionando en el tapón de corcho como la opción sostenible indiscutible tanto para bodegueros como para consumidores.
El tapón de corcho ayuda a mitigar el cambio climático
El tapón de corcho es un producto natural, reciclable y renovable, valores imprescindibles para reducir los niveles de contaminación y preservar la biodiversidad. Varias búsquedas confirman que el corcho retiene más CO2 de lo que emite (cada tapón emite 13,6 gy retiene 247,7 g), por lo que las bodegas que utilizan tapones de corcho para cerrar sus vinos y espumosos reducen el balance de CO2 de sus botellas. Los tapones artificiales, en cambio, tienen un alto impacto ambiental: el tapón de plástico emite alrededor de 130 g (10 veces más CO2 que el tapón de corcho), cifra que se multiplica por 24 en el caso del tapón de tuerca (aproximadamente 330 g).
El corcho es un material natural renovable. Su extracción no causa ningún impacto negativo y no requiere la tala del árbol, ya que los alcornoques tienen la capacidad de regenerar la corteza de corcho que se les ha quitado y su extracción no causa ninguna contaminación al ser realizada por medios manuales. Después de 'la pela' la actividad biológica de los alcornoques aumenta y por tanto su captación de CO2 se multiplica entre 3 y 5 veces. Un bosque corchero tiene la capacidad de fijar 6 toneladas de CO2 por hectárea al año, de este modo, los bosques corcheros del Mediterráneo capturan cada año más de 14 millones de toneladas de CO2.
Entre los beneficios ambientales de los bosques de alcornocales destacan la conservación del subsuelo vegetal, la retención de agua, la protección de las marismas, el control de la erosión y, por tanto, la desertización y la prevención de incendios fruto de su carácter ignífugo. Además su gestión implica el cuidado del bosque, la reducción de carga de combustible y el mantenimiento de los caminos.
España, a la vanguardia en producción de corcho a nivel mundial
España, segundo productor mundial de corcho por detrás de Portugal, cuenta con 506.000 hectáreas de alcornocales que representan un 25% del total mundial. Al año se extraen 88.400 toneladas de corcho que suponen el 30% de la producción de corcho a nivel mundial. Cataluña, Andalucía y Extremadura son las principales comunidades autónomas que concentran además de 150 empresas que generan alrededor de 2.000 puestos de trabajo y que ascienden hasta 3.000 durante la época de saca del corcho (junio-septiembre).
El sector corchero español produce 3.000 millones de tapones al año, de los que 1.300 millones se destinan a espumosos y 1.700 a vinos. Más del 50% de la facturación es consecuencia de las exportaciones. Los mercados europeos son el principal destino de las exportaciones españolas (80%) con Francia, Portugal e Italia a la cabeza, mientras que EE.UU., Argentina y China son los principales representantes de los países del 'Nuevo Mundo', suponiendo un 10% de las exportaciones.
El ciclo de la industria del corcho se completa con el reciclaje de los tapones de corcho, actividad que implica un reducido coste energético. Los tapones recogidos se trituran y el granulado obtenido se utiliza para fabricar productos de corcho no destinados a la alimentación, como materiales para la construcción o la creación de objetos de uso doméstico y artístico siguiendo la tendencia del ecodiseño . Estas prácticas de reciclaje del corcho afianzan aún más su contribución a la sostenibilidad del medio ambiente, avalando los principios establecidos por la Economía Circular.
“El sector corchero español es un aliado clave en el proceso de transición hacia una Economía Circular que produzca múltiples beneficios y genere un desarrollo socioeconómico más sostenible, desvinculado del uso indiscriminado de recursos no renovables”, comenta Albert Hereu, director del Instituto Catalán del Corcho y portavoz de la Iniciativa Cork. “La actividad desarrollada por la Iniciativa Cork, centrada en difundir y concienciar sobre la importancia de apostar por un producto natural y nacional como el tapón de corcho, es fundamental si queremos progresar hacia un modelo de economía sostenible y de reducido impacto medioambiental”, añade Hereu.
La sostenibilidad como eje por la nueva etapa del ICSuro
El ICSuro está actualmente en proceso de definición de las líneas estratégicas para los años 2020-2025, estrechamente alineados con los objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, en concreto:
- 8: Trabajo decente y crecimiento económico
- 9: Industria, innovación e infraestructura
- 12: Producción y consumo responsables
- 15: Vida de ecosistemas terrestres