El curso de leva de corcho de los alcornoques (Quercus suber) que se está haciendo estos días en Cassà de la Selva permitirá preparar la primera hornada de alumnado para superar el examen y obtener las primeras certificaciones oficiales de pelador. Esta nueva certificación, la primera que se obtendrá a nivel europeo, forma parte del proyecto SUROCAT, promovido desde el Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, y busca asimilarse al carnet europeo de motoserrista por poner en valor el oficio, profesionalizarlo, asegurar el relevo generacional y aumentar su productividad mediante la inclusión de factores, como la gestión del bosque o la mecanización de la leva.
Hoy la directora general de Bosques y Gestión del Medio, Anna Sanitjas y Olea, y el presidente de la Fundación Instituto Catalán del Corcho, Joan Puig, han hecho seguimiento y conversado con el alumnado en prácticas que por primera vez realiza este curso de leva de corcho y que les permitirá obtener un carnet oficial. Han aprovechado para explicar la situación del sector corchero catalán y los objetivos planteados de forma conjunta.
Maximizar el consumo de corcho catalán
El Departamento de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural ha iniciado la elaboración del Plan estratégico del corcho con horizonte 2050, proceso que ha encargado a la Fundación Instituto Catalán del Corcho. El Plan que se hace de forma consensuada pretende dinamizar socioeconómicamente el sector corchero catalán, con el fin de mejorar su competitividad y asegurar su viabilidad forestal e industrial a largo plazo. Las metas son alcanzar un 75% de superficie gestionada del alcornocal catalán para el año 2030 y hacer que también el 75% de compra del global de corcho catalán se haga a empresas catalanas. Ahora mismo, la demanda de corcho por parte de la industria catalana se estima en unas 9.500 toneladas/año, por tanto prácticamente la totalidad de la oferta de corcho catalana podría ser absorbida por la industria corchera local. En relación con la gestión actual, aproximadamente menos de la mitad de la superficie de alcornocal no se encuentra gestionada y, por tanto, tiene bajos niveles de explotación.
Adquirir competencias para hacer más eficiente y sostenible la actividad
La superficie total en presencia de corcho en Cataluña se encuentra en torno a 124.000 hectáreas. A la baja productividad de los alcornocales se le suman daños durante la cáscara por falta de profesionalización y los elevados costes de explotación menguan la productividad económica de la actividad forestal. Los trabajos de cáscara, si no se hacen bien, pueden originar pérdidas para los próximos 50 años y, por eso, es básica la mano de obra y contratación de personas cualificadas.
En esta edición piloto del curso de leva, participan diez alumnos, algunos noveles y otros con experiencia previa dentro del sector. Los profesores y examinadores del curso son profesionales en activo del ámbito corchero. El objetivo es comprobar la eficacia del manual de cáscara del corcho, de los estándares de la certificación o de las hojas de examinación que se han elaborado y validado según el criterio de la mesa de expertos del proyecto. La finalidad de esta documentación es que la persona candidata aprenda y demuestre que ha adquirido las competencias suficientes para mantener las herramientas y la maquinaria, preparar el árbol para la leva y extraer una cantidad adecuada de corcho de forma eficiente y segura .
Los resultados de este curso se han presentado en una jornada técnica en la Escuela Agraria y Forestal de Santa Coloma de Farners, donde también se han expuesto los resultados de otro proyecto demostrativo liderado por la Fundación Instituto Catalán del Corcho en el marco de la misma convocatoria: “Difusión de las nuevas técnicas de gestión del alcornocal para la mejora de su productividad y resiliencia”. Se trata de la continuación de un proyecto iniciado en 2014 y coordinado por el Consorci Forestal de Catalunya, en el que se aplicó diferentes tratamientos silvícolas en rodales demostrativos para mejorar su vitalidad, prevenir incendios y restaurar alcornocales degradados. Los resultados de esta nueva evaluación han permitido analizar los servicios ecosistémicos que ofrecen y su influencia en la producción de corcho.
Este curso se enmarca en proyecto SUROCAT financiado por el Departamento de Acción Climática, está liderado por el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC) y cuenta con la participación delEscuela Agraria y Forestal de Santa Coloma de Farners, el Consorcio Forestal de Cataluña (CFC), el Consorcio de las Gavarres y de la Fundación Instituto Catalán del Corcho.
Los interesados/as en formarse y certificarse como peladores/as de corcho, pueden contactarnos a icsuro@icsuro.com.
El valor ecosistémico de la industria corchera catalana triplica al socioeconómico
Este es un oficio indispensable para el buen funcionamiento de la industria corcho-tapera, dado que el uso de tapones y de productos de corcho contribuye positivamente a nuestro entorno ofreciendo beneficios como la preservación de la biodiversidad del alcornocal, la fijación de dióxido de carbono en la atmósfera, la reducción del riesgo de incendios o el fomento de la bioeconomía. De hecho, se estima que el valor ecosistémico de la industria corchera catalana, de hasta 660 millones de euros, triplica su valor socioeconómico, de unos 215 millones de euros.